Equipos del CSIC buscan vulnerabilidades del proceso de proliferación tumoral para aplicar moléculas específicas que maten selectivamente a las células cancerígenas o les impidan crecer.
La quimioterapia es uno de los pilares en el tratamiento del cáncer, junto con la cirugía, la radioterapia y la inmunoterapia. Recientemente, la medicina de precisión aporta una mejora que puede combinar las anteriores. Consiste en encontrar moléculas que ataquen con una gran especificidad al mecanismo bioquímico que hace que las células tumorales proliferen descontroladamente.
Desde los años 90 se han identificado unos 500 o 600 genes relacionados con el inicio del cáncer. Durante estos 30 años, los laboratorios han ido diseñando moléculas dirigidas específicamente contra cada uno de estos genes. Todos estos genes codifican varias proteínas que pueden servir como dianas para los fármacos antitumorales. Sobre todo las proteínas que controlan o regulan los procesos de división celular.
[Fuente: CSIC. 12/08/2021]
[Foto: CSIC]